16 Ago Esas pequeñas cosas
Desde hace algunos veranos, y creo que con este ya van unos cuantos, uno de los fabricantes de cerveza más reconocidos, DAMM, lanza un spot televisivo para promocionar su marca. El spot, que os recomiendo veáis se titula “Those Little things” –sólo disponible en catalán y castellano-, y viéndolo me ha inspirado para escribiros este post.
Y es que quiero contaros que en Rieusset llevamos ya un tiempo trabajando en las “pequeñas cosas” porque creemos que su gestión tiene un peso importante para el objetivo de la empresa.
¿Conocéis lo que se ha llegado a denominar “ley de Heinrich”?
H. W. Heinrich postuló hacia el año 1931 que por cada accidente de trabajo que produce una lesión grave o la muerte, se producen 29 accidentes que dan lugar a lesiones menores y 300 incidentes (accidentes sin daños personales).
Decía que si queremos reducir el número de lesiones graves tenemos que ocuparnos también de la prevención de los incidentes y de los accidentes con daños personales menores, pues el número de estos últimos es proporcional al de los primeros.
Pues bien, como veis, el Sr. Heinrich nos proponía ocuparnos de las “pequeñas cosas” para evitar las consecuencias que provocaban las más grandes.
Pero si revisamos nuestra memoria, seguro que todos nosotros también recordaremos aquel concepto de la teoría del caos que, el Sr. Edward Lorenz, reconocido meteorólogo y matemático, acuñó relacionado con la sensibilidad a variaciones pequeñas en las condiciones iniciales y los efectos sobre la predicción del clima atmosférico a largo plazo. Es lo que se conoce como el Efecto Mariposa. “Cuando una mariposa bate sus alas se origina un tornado en el lado opuesto del mundo”. ¿Os suena? La teoría del caos viene a decir que las cosas insignificantes al final tienen una influencia crítica en el resultado final.
¿No os ha sucedido nunca que una discusión de tráfico yendo al trabajo os ha influido en el desarrollo del día?
Creo que a estas alturas algunos estaréis de acuerdo conmigo en que si gestionamos las “pequeñas cosas” podemos mejorar. Pues esto es lo que hacemos en Rieusset.
¿Y cómo?
Pues tan fácil o tan difícil cómo buscándolas y enfrentándonos a ellas.
Muchas veces no son fáciles de ver. Forman parte de nuestro entorno cotidiano y estamos tan acostumbrados a que estén ahí que, incluso pasando por delante de ellas, no las vemos. Podríamos afirmar que en ello también influye la cultura de la empresa pero no voy a entrar en este aspecto ya que es algo mucho más complejo y abstracto. Si diría en cambio que tiene mucho que ver con los hábitos. Estamos tan acostumbrados a hacer las cosas de una manera que no vemos que podríamos hacerlas de otro. “Yo siempre lo he hecho así”. ¿Lo reconocéis?
¿Y cómo las buscamos en Rieusset?
Sencillamente, observando y cuestionándonoslo todo.
Hay preguntas que nos hemos hecho todos. Por ejemplo, ¿Por qué hemos hecho más merma en esta orden? ¿Por qué ha habido este paro en esta máquina? ¿Por qué esta orden ha estado tanto tiempo en este proceso? ¿Por qué hemos seguido este orden en la planificación? etc.
Pero hay otras preguntas, y aquí es donde entro en nuestras “pequeñas cosas” que no solemos hacernos.
¿Por qué ese palet está en medio de la zona de tránsito? ¿Por qué esa escalera lleva tanto tiempo junto a la zona de material bloqueado? ¿Por qué no hay identificación en la jaula de la merma? ¿Por qué faltan herramientas en el panel de herramientas? ¿Por qué está desordenada un área? ¿Por qué no está puesta la tapa de una canal eléctrica? ¿Por qué no se ha rellenado el cumplimiento de una tarea preventiva o de un autocontrol?
Respondiendo a estas preguntas podemos reducir los riesgos de accidentes (y por ende de bajas), minimizar tiempos de paro de máquina o reducir movimientos del personal, valorizar los residuos, etc.
Y no sólo nos hacemos preguntas relacionadas con producción. Si pensamos en la parte administrativa nos podemos plantear ¿por qué no pedimos las facturas del taxi a nombre de la empresa? ¿Por qué todos los envíos de mensajería son siempre urgentes? ¿Por qué realizamos tantas fotocopias y las repartimos diariamente? ¿Por qué hay tres personas con la misma tarea?
Son sólo un ejemplo de preguntas que, cuando se plantean en abierto, parecen obvias pero que el día a día no siempre nos permite hacernos. En cambio, si las planteamos, detrás de ellas podemos encontrar respuestas que nos lleven a mejorar tanto en la generación de ahorros como la mejora de procesos.
Una de las herramientas que utilizo para aflorar estas preguntas es que invito al personal nuevo que contratamos a que lo cuestionen todo. Son personas que al no tener adquiridos los hándicaps de nuestra empresa y a través de sus experiencias pasadas pueden aportarnos ideas frescas o, al menos, preguntas para cuestionarnos nuestra forma de hacer. Os recomiendo que lo utilicéis incluso con invitados puntuales como son proveedores y clientes.
Para acabar, quiero añadir que el hecho que sean “pequeñas cosas” no quiere decir que siempre sean fáciles ni tampoco que siempre las podamos resolver nosotros mismos. Pero si tenemos el empeño por resolverlas, si somos conscientes de que en ellas podemos influir muchísimo para el buen funcionamiento de la empresa, el éxito está asegurado.
Os invito a que busquéis las “pequeñas cosas” e influyáis en ellas.
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