26 Jul ¿Influye el packaging en la decisión de compra?
Ya lo dicen, la primera impresión es la que cuenta. Es el “amor a primera vista” entre las marcas y los consumidores. Y es que cuando no conoces un producto, lo primero que valoras es lo que tienes más a mano: su imagen.
El packaging es sin duda un elemento decisivo en la intención de compra de muchos usuarios. Según un informe de la consultora Nielsen, dos de cada tres compradores adquieren productos cuando el envase les resulta atractivo. Es, junto al precio y la publicidad (en caso de que se lance alguna), la única información que tiene el usuario de ese producto, y en ella se basa a la hora de decidir si lo compran o no. ¿Cuántas veces hemos desestimado comprar un producto “x” porque su imagen no te atraía o parecía anticuada? Aventuramos a decir que muchas.
Según diversos estudios sobre tendencias en packaging, el 64% de los consumidores elige un producto por su envase, e incluso más del 40% de ellos repite por la misma razón. Por lo contrario, hasta un 36% decide cambiar de marca por alguna mala experiencia relacionada con el packaging del producto. Pero para que un usuario se enamore a primera vista de un producto y su envase tiene que, de alguna manera, llamarle la atención. Y para que ello ocurra, para que sea nuestro producto el elegido, tiene que resaltar por encima de la competencia.
Aspectos para crear un buen packaging
¿Cómo conseguirlo? ¿Y cómo podemos saber cuándo un packaging es bueno o no? Existen para ello algunos aspectos fundamentales que todo buen envase debería tener si queremos que destaque sobre otros del mismo estand (o página web). Citaremos sólo algunos:
- Pregúntate si resalta por encima del resto: ya sea por el color, la forma u otro aspecto, tiene que ser diferente, único, especial, llamativo.
- ¿Da la información necesaria para el comprador? El packaging, además de proteger y contener un producto, tiene que informar, a simple vista, qué hay dentro. Y no sólo eso, por ejemplo, en caso de necesitar instrucciones para su uso, tienen que estar a mano y de forma clara y sencilla. De lo contrario, puede crear frustración en el usuario y hacer que éste pierda para siempre su interés en el mismo. Ojo también a la información legal que debe reflejarse en ella por ley. No todo vale.
- Tiene que apelar al comprador: el packaging ideal entabla una especie de relación con el público objetivo desde el primer momento. Tiene que haberse diseñado expresamente para ello. No es lo mismo dirigirnos a un público infantil que adulto. Ni es lo mismo que el target sean hombres que mujeres.
- Justifica el precio por el que se paga: si lo que hay dentro es de calidad, el packaging debe reflejarlo. El envase debe, por tanto, justificar el valor y el precio del producto.
- Be green, my friend: cada vez más, hay que tratar de unirse a la marea verde y ser respetuoso con el medio ambiente. Desde Rieusset, por ejemplo, se están llevando a cabo numerosos esfuerzos para mejorar y ser cada vez eco-friendly. Y es que cada vez son más los usuarios concienciados con ello. Un producto que no esté fabricado para poder ser reciclado fácilmente, puede causar rechazo por los compradores.
En definitiva, en un mundo tan lleno de tantas marcas, es necesario ser diferente. Si lo consigues, podrás atraer a los compradores, aumentar el engagement y generar una confianza futura. El packaging atrae, habla, informa, vende y puede que se quede en la memoria. ¿Te imaginas que uno de los compradores se guarda tu envase porque para él o ella es digno de colección? En su día, las latas Campbell causaron furor, y hoy, hay quien aún conserva la Coca Cola con su nombre. El kit reside en crear una experiencia en el usuario que le satisfaga. Esto llamará su atención, le pique la curiosidad por saber qué habrá dentro y probablemente querrá consumirlo.
Para conseguir estas reacciones, todo pasa por innovar. Innovación en el material, en el etiquetaje, en el proceso de producción. Como decía Steve Jobs, “el packaging puede ser un teatro, puede crear una historia”.
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