16 Dic Nuestra postura ante el impuesto sobre envases de plástico no reutilizables

Nuevo impuesto sobre envases de plástico no reutilizables

La concienciación por la sostenibilidad ha llegado para quedarse y con ella la fiscalidad medioambiental. Prueba de ello es el nuevo impuesto sobre envases de plástico no reutilizables que entrará en vigor el 1 de enero de 2023 y que tiene como objetivo fomentar la economía circular. 

Tal como explica la Agencia Tributaria, se trata de un tributo de naturaleza indirecta que recae sobre la utilización en territorio español de envases no reutilizables que contengan plástico, tanto si se presentan vacíos como si se presentan conteniendo, protegiendo, manipulando, distribuyendo y presentando mercancía.

El impuesto supone un gravamen de 45 céntimos por kilogramo de plástico no reciclado y afecta a todos los operadores que fabriquen en territorio español, adquieran a un estado miembro o importen envases (llenos o vacíos), estos son:

• Envases de plástico no reutilizables. 
• Productos plásticos semielaborados destinados a la elaboración de los anteriores envases.
• Cierres de envases.

Viendo la actual dependencia de los envases de plástico, no cabe duda que este impuesto tendrá un gran impacto, sobre todo en el sector alimentario. 

Como empresa que fabricamos embalaje flexible y etiquetas a partir de films plásticos, nos vemos directamente afectados por esta medida, por ello compartimos nuestra opinión y postura al respecto que coincide con la de muchas otras empresas afectadas. 

Posibles consecuencias del nuevo impuesto

Nos preocupa que dicho impuesto provoque que las marcas busquen alternativas al uso del plástico y estas alternativas se apliquen de forma precipitada. Esto puede provocar el sobre envasado de los productos con más cantidad de material del que actualmente se utiliza de plástico, lo que perjudica gravemente el medio ambiente. 

En el caso del sector de la alimentación, el impuesto puede conllevar la utilización de materiales menos adecuados para preservar los productos alimentarios y que conlleve un incremento de la merma de productos. Por ejemplo, algunas empresas podrían optar por envasar sus productos con materiales que no tienen la correcta capacidad de barrera al oxígeno y a la humedad, por lo que no mantendrán la calidad del alimento de la misma manera que lo hace el plástico. 

Opinión y postura de Rieusset

La industria de los envases, igual que muchísimas otras, lleva años viviendo una gran incertidumbre y complejidad. Empezando con la pandemia por la COVID-19 y sus consecuencias, y siguiendo con la guerra de Ucrania y sus efectos, la inestabilidad de precios de la energía, las huelgas de transporte, la escasez de suministros y el aumento del precio de materias primas. Estas situaciones han llevado a una insostenible situación económica con una inflación en tasas de dos dígitos, provocando incluso paradas de producción en algunas fábricas por tener costes de producción más elevados que sus precios de venta.

Estamos preocupados porque esta delicada situación a la que nos estamos enfrentando se verá gravemente empeorada por la entrada en vigor de dicho impuesto. La incorporación de esta nueva carga fiscal contribuirá al alza inflacionista, ya que las previsiones apuntan a que la situación económica se mantendrá inestable durante los próximos meses. 

Tal como señala la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), la entrada en vigor del impuesto afectará negativamente a la competitividad de las empresas españolas frente a la de otros países que no deben aplicar este impuesto. El resto de países de la Unión Europea no han aplicado medidas fiscales de este tipo y las que lo han hecho las aplicarán cuando la situación económica mejore. 

Además, todavía hay muchos aspectos clave que afectan directamente a la aplicación del tributo que están sin resolver. Es cierto que el Ministerio de Hacienda ha facilitado un documento con preguntas y respuestas para aclarar dudas, sin embargo, no ha logrado resolver las principales dudas prácticas en la aplicación del tributo. Según CEOE, algunas de ellas son:

• La dificultad relativa a las importaciones. Si el devengo y obligación de liquidación del impuesto surge en el momento de la importación, ocurrirá que la documentación de importación incluye la designación de un código tarifario del producto que se importa, pero no del plástico utilizado para su embalaje que es el hecho imponible del impuesto y que resulta desconocido para el importador.
• Se trata de un impuesto muy complejo, ya que afecta a múltiples actores que utilizan plásticos de todo tipo en sus embalajes: bolsas de plástico, flejes de plástico que envuelven cajas, relleno dentro de los embalajes, láminas que envuelven palés, etc.

A esto se debe sumar la dificultad de las empresas o marcas comercializadoras de conseguir la información necesaria de los proveedores (tipo de plástico, peso, reciclabilidad, etc.) para determinar la base imponible del impuesto. 

Siguiendo con nuestro propósito, en Rieusset apoyamos plenamente cualquier iniciativa que tenga como objetivo real avanzar hacia una economía circular y ya hemos implementado las siguientes:

• Somos impulsores del uso de materiales reciclados y reciclables siempre que es posible
• Estamos comprometidos con el reciclaje
• En los últimos años hemos llevado a cabo múltiples acciones sostenibles para reducir la huella de carbono
• Tenemos el certificado DPG, el certificado FSC y otros certificados sostenibles 
• Trabajamos día a día en innovaciones para conseguir que el packaging flexible y las etiquetas de nuestros clientes sean cada vez más sostenibles. Más sobre nuestros avances en sostenibilidad aquí.

Sin embargo, a pesar de nuestra fuerte apuesta por la sostenibilidad y la economía circular, creemos que ahora no es el momento de aplicar esta medida teniendo en cuenta la situación especialmente delicada que estamos viviendo. 

Estamos a favor de retrasar la entrada en vigor del impuesto sobre envases de plástico no reutilizables al menos hasta el 1 de enero de 2024. De esta forma tendremos cierto margen de tiempo para acabar de solventar las dudas y cuestiones prácticas del impuesto y dar un respiro a las empresas y ciudadanos.